lunes, 9 de septiembre de 2013

Interno




No es suyo el dolor,
es interno,
su mirada se achino,
sudaba frío,
adentro un viento,
reía lenta,
se perdió en una imagen,
no lloraba,
pero se veía como sí,
buscaba saber quien era,
el suelo temblaba,
y eran sus pies,
hinchados,
tiesos,
lilas oscuros,
defectuosos,
no existe mejor sombra que tu recuerdo,
serás eternamente mi única verdad,
suspiros de té de manzanilla,
los labios se secan,
de nervios y lágrimas,
las perlas se parten,
contra la tierra,
volvió a sentir tocar fondo,
a perder tiempo y peinarse,
a perder tiempo y resistir,
a mirar el campo por la ventanilla,
a cantar para adentro,
no quería pensar en finales,
sufría una noche en paz,
de esas sin sonido o movimiento,
tampoco mucho calor,
sólo el canto de los grillos,
y las estrellas titilantes,
la cama fresca para soñar,
en la garganta vidrio molido,
cenizas en el horizonte,
bastante lejos,
feroz destino se avecinaba,
bajo el desierto,
alejándose el pavor a recomenzar,
otra vez,
su vientre se endurece,
habitado,
la cesárea será en instantes,
amanecerá,
con nuevo disfraz.

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