viernes, 16 de agosto de 2013

El anónimo



El anónimo se pierde,
en cruz,
urgente prisa que causa,
el círculo.

Un virus, de sombra,
en los ojos felices,
que no ven,
y quieren el olvido de vivir.

Acompaña la noche,
tu nombre hueco,
jamás triunfará,
el confuso de soledad.

Lo que ha sido,
tristemente será,
se diluye el amor en verso,
después del desnudo.

Convertimos sin mentiras tus refugios,
y hay pacto de silencio, de ceguera,
de hermosura, de confianza, de furia,
de ciudad, de llegada y partida, de tragedia,
de sol, de labios, de sexo, de armonía,
de pasión, de habla, de piel,
de últimos, de hijos, de alcohol,
de fondo, de porvenir, de peligro,
de fragmentos, de leyenda, de fiesta,
de público, de tránsito, de lógica,
de muertes, de pájaros, de nunca,
de insomnio, de costumbre, de letargo,
de viento, de infierno, de hoteles,
de maquina, de paredes, de mariposas,
de luces, de sábados, de tango,
de cielo, de sombra, de escritura,
de últimos, de abismo, de fin.

Por criminales,
de deseo roto,
y algún laberinto,
que entristece, así.

Ninguna tristeza ayuda al miedo,
exacta respuesta de fe tu boca,
donde vuela la carne que no respira,
del otro cuerpo sólo queda error.

No hay comentarios:

Publicar un comentario