Iba a
cambiar (me lo prometí)
Camine.
El mundo
hermoso y putrefacto,
el sexo
ordinario y reiterativo,
exploré la tapa de los
sesos,
el mundo
por sexo cambie (me lo cuestione)
Dos
foquitos.
Incandescentes,
se quemaron.
La hora más
oscura,
una metáfora de sociedad,
de dominación,
con protagónico secundario.
Un vientre con el argumento,
evocado o
seco.
Machista
bajo la superficie,
jugueteando con
alfileres.
Bucólica,
entre tanto.
La taza de
té,
buena
porcelana,
ajada,
china,
estropeada.
Durante
años,
antigua,
húmeda,
criatura inanimada,
me vuelvo
loco.
Individuo se fuga.
Ligado al
ego.
Porque
llovía, busque el impermeable,
con decir
la palabra,
uno se
pierde,
eterno.
Dibujo un
corazón,
pálido, muy pálido.
Mirame.
Las pupilas
suenan.
¿No sueñan?
Suenan.
Como dulce
melodía (lo susurré como un rezo)
¿Cómo
lluvia?
Si, pero interminable.
-Circuito de vida, sobre ojos blindados,
entre el flujo de la conciencia, fallos morales-.
Seguiré destrozando tu vida…
¿Te das cuenta?
Hay otra forma, la belleza es discutir.
Bastante surrealista. La pausa.
No puedo leer.
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